La fundación de Coximatlán como se llamó durante mucho tiempo, es desconocida, pero se puede afirmar que inició su vida independiente en el siglo XV. En cuanto al número de los habitantes ha sido imposible obtener datos precisos, aunque documentos encontrados hacen pensar que se trató de una pequeña congregación.
El antiguo coximatlán estuvo entre los márgenes del arroyo de Cómala y el Río grande, como siempre se le designo aquí entre nosotros al Río Armería, su ubicación fue el noroeste de esta población a unos dos kilómetros de distancia, en el lugar denominado “PUEBLO VIEJO”.
Los españoles tuvieron una presencia efímera, que podríamos llamar fugaz en coximatlán y se desconocen datos informativos de su permanencia hasta la última década del siglo XVIII. Afines de ese siglo coximatlán tenía 337 habitantes según consta en documentos con el sello del Rey Carlos IV de España y que llevan fecha del 1 de mayo de 1798, contemplándose 110 jefes de familia más sus respectivas esposas y 127 hijos.
En un vaso sagrado de la Parroquia, “Copón” se encontró la siguiente inscripción “Pesa cuatro marcos y cinco adarmes y lo hizo MANUEL DE LA CRUZ, siendo alcalde de Coquimatlán en el año de 1817. En 31 de mayo del siguiente año, hubo un fuerte terremoto que destruyó la iglesia que era de paredes y teja, así como casas particulares, quedando en pie solamente las más chicas que estaban construida de madera rustica, horcones, latas, otate y techo de zacate o palapa de palmera.
El investigador e historiador colimense José Oscar Guedea Castañeda en su obra inmediata “El Ayuntamiento de Coquimatlán 1826 – 2000 “asienta “que el primer Ayuntamiento que tuvo el Pueblo de San pedro Coquimatlán, perteneciente al territorio de Colima, fue instalado el 15 de Enero de 1826, de conformidad con el Articulo San Pedro Coquimatlán, perteneciente al territorio de Colima, fue instalado el 15 de Enero de 1826, de conformidad con el Articulo 4. Del decreto del 23 de mayo, de 1812, de acuerdo con lo expresado en la Constitución Española, expedida en las (costas) de Cádiz el 19 de marzo de 1812 y agrega “El sr. Don. Tomas Brizuela Alcalde 3. Constitucional de I Ayuntamiento de cumplimiento a lo dispuesto en el decreto mencionado.
Este Ayuntamiento Constitucional de San Pedro Coquimatlán, Territorio de Colima, en el año de 1826 estuvo integrado por el C. Juan Manuel Lucas, como Alcalde y Presidente del Ayuntamiento, él C. Agustín Mellado como Secretario del Ayuntamiento y Regidores: 1. C. Miguel Jerónimo, 2. C. Diego Francisco 3. C. Santiago Cruz, Síndico y Procurador C. José Ricardo”.
Todos estos acontecimientos tuvieron lugar en el antigua Pueblo San Pedro Coquimatlán, denominación que suplió a la de Coximatlan o Cuximatlan como originalmente se escribía. Los otros acontecimientos, los que originaron su traslación a este lugar, son más conocido: Una lluvia torrencial de varios días ocasiono el desbordamiento del Río Armería y sobre todo el Arroyo de Cómala que borraron la vida de aquel pueblo sepultado entre aguas y lodo a la mayoría de sus habitantes mientras los que lograron sobrevivir llenos de terror y espanto huyeron a refugiarse a las alturas del oriente y establecer allí su pueblo en terrenos más seguros.
La fe de los hechos del traslado de Coquimatlán se contempla en el libro de Gobierno Eclesiástico de la Parroquia del Sagrario de la Ciudad de Colima, Núm. Tres fojas 66 frente, que dice “Los indios del pueblo de Coquimatlán de esta feligresía amenazados frecuentemente por las inundaciones del río y arroyos que los circundad, han tenido y verificados traslación a un lugar Inmediato que les proporciona la seguridad y otras ventajas de las que carecían. Ahora mismo comienzan de las privaciones, las incomodidades.
Trabajos que trae consigo una mudanza de esta naturaleza, traten con preferencia de la iglesia que deben tener es el nuevo terreno donde se hayan acampados…..” Dicho documento tiene la fecha 21 de Octubre de 1836.
Por otra parte, la Presidencia Municipal certificó que en el Archivo Municipal se encuentra una copia del acta fechada el 30 de abril de 1841, donde se relata también la destrucción del antiguo pueblo de San Pedro Coquimatlán y de cuyo texto se depende, que bien entrada la noche del 17 de Septiembre hubo una lluvia tan grande que hizo terribles estragos que arrollo las casas del poblado y todas sus pertenencias. Los que sobrevivieron alojaron a sus familias debajo de los árboles en un sitio cercano que les pareció a propósito, estas actividades las iniciaron el 19 de Septiembre de 1836, en un lugar que es hoy Coquimatlán.
De aquel suceso lamentable y doloroso para sus habitantes, pero que dio origen al nuevo Coquimatlán, se tiene la referencia Oficial de la Autoridad Municipal que da fe de los hechos.
Esta presidencia Municipal, hace constar a los que la presente vieren y la vez.
Que en el Archivo Municipal de este lugar, se encuentra una copia del acta fechada el día 30 de abril del año de 1841, donde se relata la destrucción del antiguo pueblo de San Pedro Coquimatlán, la cual en su texto íntegro dice textualmente.
AL MARGEN IZQUIERDO: Juzgado de Paz de Coquimatlán. AL CENTRO: En el mes de Septiembre del año de 1836, hubo una lluvia tan grande que generalmente hizo terribles estragos. El Río Grande comenzó a crecer con tanta abundancia que elevado sobre su caja derramo luego sus aguas por todas las brechas que se abrió, a menos de una milla más baja se hallaba situado el Pueblo antiguo de San Pedro Coquimatlán.
Bien entrada la noche del 17 de aquel memorable mes, engrosada la corriente y salida de su cauce arrollo una casa de las que se componía la población; esta señal desgraciaba al vecindario tanto que de un momento a otro esperaban acabarían con todo. Cuando sobrecogidos de esta confusión y sin saber que hacer apareció por la parte opuesta quedando el pueblo en medio de un arroyo.
Muy precipitado que bajaba de las alturas del volcán y abandonado su caja se fue introduciendo al mismo pueblo, formando barrancones, inundando la iglesia y el resto de las casas con tanto extremo que todo el vecindario no tuvo más tiempo, ni más reflexión en aquellos afligidos momentos que para tomar las tiernecitas criaturas en brazos y con ellas algunos santos de la iglesia que pudieron sacar, se pusieron a salvo en medio de la obscuridad y sin camino seguro, abandonado el archivo y todo cuanto ahí existía. Después de haber pasado el cuerpo del arroyo que los inundaba más legua y media. Con tanto afán, trabajo y sobresalto, tomaron un lugar alto donde poder respirar sin zozobra, en su primera deliberación fue dispersarse para siempre, fundada aquella catástrofe imprevista e irresistible que los confundía a todo momento, las voces con llanto de las familias, único material de desahogo del corazón humano en medio de la desgracia, pero al contemplar a los huérfanos y ver a las viudas desesperadas eso hace más sensible el considerar la inevitable perdida de tantas casas hogares juntamente con sus intereses.
En semejante y sufrida situación hubieron de esforzarse sus desalentados ánimos bien persuadidos de que la Providencia Divina no los abandonaría y al dolor de alejarse el lugar de su nacimiento, se sobrepusieron con general firmeza, la irrevocable resolución de edificar de nuevo el pueblo. Esta resolución desmayaba a veces a muchos, quinientas personas a lo más; entre mujeres, niños y viejos prometían poca esperanza, y más cuando el temporal de agua esta abundante el 19 de Septiembre de aquel año aciago, pero a pesar de tanto inconveniente y de no contar más que con sus brazos, alojaron a sus familias debajo de los árboles y comenzaron por desmontar el sitio más inmediato que les pareció a propósito; los pueblos inmediatos fueron testigos de esta miseria y de que en medio de estos contra elementos, levantaron sus cimientos, la iglesia, casa, cárcel, casa, educación pública, las consistoriales, sus chozas; abrieron las sacas de agua, hicieron una noria para uso común y Vs. Misma arreglo a cordel la plaza principal y las calles, siendo entonces como ahora la primera autoridad de la Capital VS. Y el vecindario a su mando son testigos intachables de cuanto llevo referido a un extracto, por no ser difícil, pasando en silencio otros pormenores, de lo que solo señalare de su buen juicio, la perdida general que sufrieron de sus cosechas, como seño de infortunio del resultado de aquí que quedasen empeñados con varios individuos que les anticiparon el valor de sus frutos cuya calamidad posteriormente les fue costosa equipar y cubrir, para todo esto necesitado tiempo que aunque va corriendo de menos cinco años, es bien corto; hable la situación en que esta pagado hasta hoy, el maestro de la escuela, cubiertas de todo las contribuciones y finalmente preparadas las necesidades consiguientes a un pueblo nuevo y sin elementos. En vista pues de lo escasamente expuesto, de la notoriedad de los acontecimientos y de que Vs. Religiosamente los ha sabido comparecer; el juez de paz de este
Pueblo; el procurador y demás principales del vecindario, suplican a Vs. Por mi conducto, se sirva ponerlo en conocimiento de la Excelentísima Junta Departamental, añadiendo el informe que le merezca nuestra conducta anterior y posterior, a fin que exonere a este pueblo del cumplimiento de los artículos 7., 8., y 16 Del decreto departamental del 19 de Diciembre de 1837 y 159. De la ley del 2 de Marzo del mismo año, que Vs. Se sirva comunicarme oportunamente, y me exige su cumplimiento en nota del doce del presente, ´por no tener absolutamente ningún antecedente que preste material para arreglar el fondo desatendido por los motivos legal y sinceramente expuestos; bajo protesta de arreglar y llevar en lo sucesivo las cuentas que demarca la ley y rendirlas toca imposible, y si por esta falta la circular número 28, fte. 29 sobre esto Vs. Se sirvió insertamente con la fecha 12 del presente, pesaría sobre mis hombros acaso porque Vs. Negara su protección a este pueblo y desconociera la excepción tan justa de que es acreedor.
Fechado y firmado: Abril 30 de 1814. Dios y L. Coquimatlán, Ricardo Cortés. Es copia de la que se mandó al Congreso General de Morelia y en todo tiempo conste y quede en el archivo de este pueblo a cargo del ciudadano Ricardo Cortés.
La información pormenorizada del Gobierno Eclesiástico tiene por objeto solicitar el permiso correspondiente para la erección de Nuevo Templo; la Autoridad Municipal de solicitar la excepción del pago de impuesto a la Dependencia que correspondía en aquellos tiempos.
Después de su traslación, la única autoridad de Coquimatlán era el Juez de Paz, siendo JUAN ESTEBAN MOLINA, El primero según consta en papel acreditado para el trienio 1836 – 1838. El 26 de Agosto de 1847 la autoridad de Coquimatlán se llamaba Alcalde, aunque ese mismo nombramiento ya se daba desde 1817. Según testimonio de tres electores nombrados para asistir al Congreso Nacional fechado el 29 de Agosto de 1847, Coquimatlán contaba con 1,274 habitantes.
En el libro de actas del año 1853, las sesiones celebradas se encuentran firmadas por el primer Alcalde PEDRO BERBEN y Agustín Villalpando, presumiblemente como Secretario o segundo alcalde.
En el año de 1857 la Constitución General de la Republica dio a Colima la categoría de Estado, y en esa fecha ya existían cinco municipalidades con esa denominación, incluidos entre ellos Coquimatlán. El decreto para Elecciones de “Ayuntamiento” de fecha 12 de junio de 1861 que Señala en su Art. Primero.- Habrá en el Estado y ayuntamientos en la Capital, Villa de Álvarez, Cómala, Coquimatlán, Tecomán e Ixtlahuacán, ordenando la forma de integrarse un ayuntamiento: Un Presidente, dos regidores, dos síndicos y dos alcaldes con sus respectivos suplentes. “En cuanto al. Decreto para la “Elección de Diputados”, Coquimatlán es considerado como distrito electoral, siendo expedido el de Agosto de 1860.
De conformidad con el decreto de 1861 fueron presidentes municipales y del H. Ayuntamiento: Agustín Villalpando en 1867, Cristino Berbén en 1868, Cayetano Morán, Cirilo Escamilla, Simón Banda quien fue asesinato el 6 de junio de 1872 supliéndolo Sixto Ahumada, Pánfilo Dueñas en 1889, y destacando de manera preponderamente Hilario G. Castañeda, Marcos García y Faustino Aguilar Zamora quienes fungieron como presidentes municipales no menos de cinco ocasiones cada uno. Los tres cubrieron más de dos décadas del último tercio de 1800, con escasa alternancia de otros ciudadanos en la administración municipal pues en aquellos tiempos los cargos eran honoríficos y sus bonancible situación económico y espíritu de servicio los llevo a realizar buenas gestiones; pues no solamente fueron destacados conductores de su municipio y benefactores del mismo; todas las obras de ese tiempo fueron realizadas por ello sin ayuda económica de los ciudadanos, sino que destacaron también como los primeros capitales de Coquimatlán durante varias décadas.
Don Faustino Aguilar Zamora fue también presidente municipal en los primeros veinte años de 1900, entre 1902 y 1922, consolidando su imagen como uno de los mejores presidentes del municipio de Coquimatlán.
El desarrollo de Coquimatlán se inició a partir de 1889 con la introducción del ferrocarril de vía angosta, mismo que aumentó considerablemente en 1908, con el de vía ancha a la ciudad de Guadalajara. Los personajes municipales que sobresalieron en el desarrollo y progreso de Coquimatlán, entre los años 1956 y 1967, fueron JOSE DELGADO FARIAS, J. JESUS BRIZUELA AGUILAR Y ANTONIO ESTRADA MARQUEZ, contando con el apoyo de FRANCISCO RAMIREZ GARCIA DE ALBA. La construcción de la carretera a la ciudad de Colima y caminos vecinales; la introducción del agua potable y la energía eléctrica en los periodos de 1956 – 1960 y el alcantarillado posteriormente, aunados a la construcción del sistema de riego de la derivadota “Peñitas” y poco después con la presa de las “Piedras” y siete pozos profundos en el área de Pueblo Juárez, en 1963, y el crecimiento de la agricultura y la ganadería; son los factores que dieron auge al desarrollo de Coquimatlán. Y desde 1987, la cabecera Municipal cuenta con carretera de cuatro carriles que la une, de manera eficiente, con los demás estados de la Republica.
La actividad teatral nació en Coquimatlán en el año de 1919 con la presentación de la obra “Genoveva de Bravante”. En 1963 la maestra Felipa Ceja promueve esta actividad misma que es continuada en 1938 por Valentín Macías, Herón Montaño y la señorita Esther Cortés, posteriormente por Francisco Ramírez y Jesús Rodríguez; en 1957 por “El Grupo Cultural Coquimatlán “, y de 1983 a 1988 por Florencio López Cárdenas y Jesús Rodríguez, quienes con el apoyo del Presidente Municipal Roberto George Gallardo, fundaron el Ballet Florido “Ayuntamiento de Coquimatlán” y dan gran impulso a las representaciones teatrales; en 1996 se escenifico nuevamente una obra de teatro “Las Chismosas de mi Barrio” montada por José Manuel Sandoval López y en 1999 se realizó la “primera Jornada Cultural Coquimatlán” coordinada por Jesús Rodríguez y los profesores Florencio López Cárdenas y J. Jesús Gutiérrez López, con la participación de elementos artísticos producto de la rica cantera Coquimatlense.
Agricultor y ganadero de éxito quien supo encausar partes de sus bienes a la educación primaria y secundaria de su pueblo y de la Ciudad de Colima.
El 31 de Octubre de 1901, se expidió el decreto que aprobó la elección de Ayuntamiento 1902 – 1903, siendo designado GREGORIO M. BRIZUELA, quien figuro también varias veces como presidente municipal a fines de 1800 y los dos primeros años del siglo pasado, 1900 y 1901.
Existen varios trabajos publicados donde se incluye la relación de presidentes municipales de Coquimatlán de 1900 hasta el año 2000, faltan únicamente el Profesor Adalberto Mario Pineda López, y J. Francisco Anzar Herrera, actual presidente municipal, y electo para el periodo 2003 – 2006.
AGUILAR GARCIA JOSÉ.
“Ensayo de una Historia de Coquimatlán”, Colima, COL. Editorial Melitón de la Peña, 1955.
GENERAL DEL ESTADO.
Periódico Oficial del Gobierno “El Estado de Colima”. Colima, Col.
ARCHIVO HISTORICO MUNICIPAL.
Actas de Sesiones de Ayuntamiento y libros del Registro Civil, Coquimatlán, Col.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA, GEOGRAFIA E INFORMATICA
Anuarios Estadísticos del Estado de Colima, años diversos. Colima, Col
Es un escudo tajado con bordadura en azul sobre la cual se lee el nombre del municipio: "COQUIMATLÁN", ensamble negro y en los flancos dos peces de río Chigüilines En el flanco derecho del escudo, en campo de plata, una parte de la serranía propia del municipio, soportando un árbol de aguacate y mineral de hierro. En el flanco izquierdo, en campo de oro, una caña de maíz con mazorcas, una palma y un toro atravesado y pasante.
El escudo está tajado por una vía del ferrocarril. En la parte superior, coronando el escudo, se ubica la toponimia gráfica del nombre náhuatl "COQUIMATLÁN"; en la parte inferior apuntan a cada lado, figuras naturales dispuestas hacia afuera, simbolizando el langostino de río. Bajo el escudo, un listón con vuelo ascendente en el cual se lee la divisa: "UNIÓN Y ESFUERZO ES TRIUNFO Y PROGRESO". El escudo se caracteriza por los símbolos que identifican la geografía del municipio. El tajo, del ángulo superior izquierdo al ángulo inferior derecho, se colocó debido a la gran importancia que representó en el desarrollo del municipio, la entrada del ferrocarril.
Coquimatlán proviene de las raíces nahuas coqui que quiere decir paloma o torcaza, ma, de maitl que significa mano, tomar o asir, y tlan lugar, es decir "Lugar donde se cazan o atrapan torcazas con la mano".